miércoles, 7 de diciembre de 2011

Etheridge, el filipino de Craven Cottage

En una ciudad como Londres se respira football por los cuatro costados. Vas a un pub a ver el partido del Barça y te encuentras con los aficionados del Arsenal. Los hinchas gunners siguen en la barra, bebiendo pintas y celebrando la victoria de su equipo. En el metro ves a dos hinchas del Liverpool, con su bufanda y su camiseta, que vienen a ver a los reds que juegan esta noche contra el Fulham. Al salir te cruzas con aficionados españoles, son valencianos. Claro, mañana hay partido de Champions en el Bridge. El balónpie fue inventado por los ingleses hace ya casi 150 años y algunos dicen que el auténtico fútbol es el que se juega en las islas. Con un estilo más directo, con una grada entregada y con jugadores que se dejan el alma por su equipo. Los días de partido la ciudad se paraliza y las calles se llenan de hooligans ebrios de cerveza y sentimiento por sus colores. Los románticos del fútbol recalcan que el ambiente que se respira en los campos mas antiguos de Inglaterra no se encuentra en ningún otro lado. Y uno de estos campos es Craven Cottage. Construido en el 1896 y situado a las orillas del Tamesis, en el barrio de Fulham, este viejo estadio alberga los partidos que el Fulham FC juega como local. Los cottagers no cuentan con la mejor afición de Inglaterra, pero el aura de su estadio, hecho de madera y de una sola gradería, enamora a los puristas de este deporte.

Craven Cottage, un templo del fútbol.
 El equipo de Martin Jol es un equipo hecho a la antigua usanza. Con un punta de referencia como Bobby Zamora, grande y corpulento y que se dedica a tocar de cara. Dos balas en los extremos que bien pueden ser Dembelé y Duff, bien pegados a la línea de cal, donde pueden sentir el aliento de sus aficionados. Un pelotero llamado Clint Dempsey o Bryan Ruiz, que deambulan en la zona de tres cuartos de campo para tocar un balón con magia. Los demás: guerrilleros del balón. Auténticos atletas que imprimen un ritmo fortísimo al encuentro. Futbolistas entregados a su oficio que se dejan la piel en cada acción y que tratan de buscar de forma directa a sus jugadores de ataque. Eso es football en estado puro. Cerveza en una grada colorida, entradas a ras de suelo, un constante de idas y venidas y un partido trepidante.
En este marco tan británico, tan auténtico, tan clásico, se cuela una pincelada de color. Un toque distinto, un jugador que llama la atención. Por ahora no es por su juego -puesto que está en el banquillo- pero si por su procedencia. Se trata de Neil Etheridge (07/02/1990), el filipino de Craven Cottage y el futuro guardián de la portería del Fulham.
Etheridge es el segundo portero del Fulham.
 El joven guardameta británico-filipino llamó la atención de los cazatalentos del Chelsea con tan solo 12 años y entró a formar parte de las categorías inferiores del club blue. Allí coincidió con dos filipinos más: Phil Younghusband y James Younghusband, ambos mayores que él y que no han llegado a triunfar nunca. Nacido en Londres, de padre inglés y madre filipina, cuando Etheridge  ingresó en la academia del equipo de Stamford Bridge, en 2003, actuaba de delantero pero pronto se dio cuenta de que su lugar estaba bajo las maderas; aunque eso explica que el propio cancerbero confesase que siempre se tomó el fútbol como “una diversión” hasta los 16 años, cuando entendió que pasaba a ser un trabajo. El joven filipino confesó en una entrevista a la ESPN que tenía dos sueños por cumplir. Uno, debutar en la Premier League. Y es algo que en cuestión de tiempo se hará realidad puesto que the bus –como le apodan- se ha ganado el puesto de segundo portero y solo se encuentra por detrás del veteranísimo Shwarzer de 39 años.
Neils Etheridge en un partido con la selección filipina.
El segundo tiene que ver con Filipinas, el país natal de su madre. Pese a que Etheridge formó parte de la selección sub-16 inglesa y que en 2007 renunciase a la selección absoluta filipina por falta de conocimiento de la lengua y la cultura asiática, ahora el joven arquero afirma que su sueño es competir contra las mejores selecciones defendiendo la camiseta de los Azkals. Neil ya está adaptado a las tradiciones del país del sur-este asiático. Reconoce que le gusta el hecho de que recen tanto –antes, a mitad y al finalizar un encuentro- e incluso el adobo (la inmersión de un alimento crudo en un preparado en forma de caldo) y las barbacoas de cerdo son un ritual que ha adoptado cuando va a los partidos con su selección. Costumbres muy distintas de las que vive en su día a día en Inglaterra, la cuna del fútbol, pero que hacen de este prometedor portero una rara avis de la Premier League. Digna de seguimiento.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Con el espíritu de Hristo

Es uno de los zurdos más reconocidos de los últimos tiempos. Es considerado como una leyenda del deporte rey y está entre los mejores jugadores del final del siglo veinte, así como se le puede considerar el mejor futbolista búlgaro de todos los tiempos. Hablamos de Hristo Stoichkov. Con una velocidad por encima de la media, un enorme talento con el balón en los pies y un temperamento ardiente Hristo fue un futbolista diferente al resto. Su pasión, su determinación y su agresividad siempre fueron contagiosas para los compañeros que le rodeaban y nunca dejó indiferente a nadie. Lo que si que dejó fue huella por allí donde paso. El barcelonismo le admira tanto como el madridismo le odia. Pero Stoichkov no sólo jugó en el Barcelona: tras varios años en la élite del fútbol mundial, la daga –como le conocen algunos- probó suerte en destinos más exóticos y de menos renombre. Conoció de primera mano el soccer enfundado en las camisetas de los Chicago Fire y del D.C. United, tuvo un breve paso –dos partidos y un gol- en la liga de Arabia Saudí defendiendo los colores del Al-Nassr y también conoció la ciudad de Kashiwa, en Japón.

Stoichkov en su presentación con el Kashiwa Reysol.
Stoichkov jugó dos temporadas en el Kashiwa Reysol, un modesto y joven club del este del país del sol naciente. Fue a finales de los años 90 y el Kashiwa Reysol, un club refundado en 1986, siempre había deambulado por la zona media de la J-League. Coincidiendo con la llegada del búlgaro se inició la época más laureada del club: se consiguió ganar la J-League Cup y se alcanzaron las semifinales de la Copa del Emperador en el 99, el mismo año que acabaron terceros en la clasificación final de la liga. Posición que repitieron la temporada siguiente pese a que fueron el equipo con más puntos durante la fase regular –el formato de competición les privó del triunfo final-. Stoichkov solo disputó 28 partidos con la elástica amarilla, con los que festejó un total de 13 tantos. Aún y así nadie puede negar que la llegada del que fue el 8 del Barça durante muchos años al equipo de Kashiwa coincidió con una de las mejores épocas de un humilde equipo que se coló entre los más grandes de Japón. Quizás Hristo no aportó su mejor fútbol pero si que contagió esa actitud y esa pasión que le caracterizaban.

Después de la salida de Stoichkov del Kashiwa Reysol el club ha vivido entre el cielo y el infierno. Conoció la peor cara del fútbol cuando en 2005 descendió de categoría después de una pésima temporada. Por suerte, el paso por la categoría de plata duró poco y el ascenso se certificó tan solo un año después.  En 2009 tocó volver a saborear la derrota y la frustración que supone descender, pero una vez más el club de Kashiwa demostró que está hecho de otra pasta y volvió a recuperar el estatus de equipo de primera división en tan solo una temporada. El año 2010 fue brillante y se consiguió subir como campeón de la segunda división. El Kashiwa Reysol, afrontaba pues, esta temporada con el objetivo de mantenerse en la élite del fútbol japonés. Para ello confió en la plantilla que había logrado el ascenso y apenas hicieron una contratación para reforzarse.
Y ahora, 22 años después de la salida de Hristo, el Reysol – que como curiosidad debe este nombre a la unión de las palabras Rey y sol en castellano- vuelve a estar entre los equipos punteros de la tabla y esta vez se encuentra a solo un paso de la gloria. El milagro se halla más cerca que nunca. El equipo recién ascendido ha llegado a la última jornada del campeonato con un punto de ventaja sobre el Nagoya Grampus y con dos sobre el Gamba Osaka, tercero en discordia. Este sábado -a las 07.30h hora española- se disputa la última jornada con los 3 partidos que decidirán quien es el campeón nacional y por tanto quien participará en el próximo mundialito de clubes de Tokio. Al ganador de la J-League le espera el Auckland City en la primera ronda del torneo. Los tres candidatos al cetro nipón disputan sus partidos lejos de sus estadios y tan solo el Kashiwa Reysol depende de si mismo para coronarse como campeón.

Jorge Wágner, uno de los brasileños del equipo, celebra un gol del Reysol.
En el minuto 7 de cada partido que se disputa en el Santiago Bernabeu se inicia un cántico desde un sector de la grada. Pronto todo el campo, indistintamente de lo que esté sucediendo sobre el terreno de juego, se suma y el estadio entero entona el canto al unísono. “illa, illa, illa, Juanito maravilla” “illa, illa, illa, Juanito maravilla” repiten los aficionados merengues. El cántico es en honor a Juan Gómez González, conocido como Juanito, y que se ha convertido en un mito del madridismo. “Hay que apelar al espíritu de Juanito” o “Hoy han de saltar al campo 11 Juanitos” son algunas frases que utilizan a menudo los aficionados del club de Concha Espina haciendo referencia a la entrega, la lucha, la dedicación y la pasión de Juanito por el club madrileño. Muchos afirman, pues, que el espíritu de Juanito sigue presente en las grandes noches de fútbol del Bernabeu. En el estadio del Kashiwa no se canta nada en memoria de Stoichkov, ni en el minuto 8 se hace un homenaje al jugador búlgaro. Seguro que muchos ni se acuerdan de que pasó por allí. Pero la gesta que están a punto de conseguir –ganar la liga tras ascender- es digna del esfuerzo, sacrificio, dedicación y perseverancia que tenía Hristo Stoichkov.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Asia para crecer

Había un tiempo en que en los periódicos australianos se podían leer resultados como 31-0, 22-0 o 17-0. No estaban en la sección de balonmano ni se trataban de maradores de categorias infantiles, eran resultados correspondientes a partidos de la fase de clasificación hacia alguna copa del mundo de la OFC (Confederación de fútbol de Oceanía). Los rivales de los australianos en esos partidos eran selecciones como Samoa Americana, Tonga o las Islas Cook. Selecciones que se encuentran alrededor del puesto 200 en el ranking FIFA. No es de estrañar, pues, que la Federación Australiana de Fútbol considerase que la baja competividad de estos rivales solo era perjudicial para Australia, a la que solo le discutía su supremacía en Oceanía la modesta Nueva Zelanda.
En aquellos tiempos, los socceroos superaban sin problemas a sus rivales de Confederación pero llegado el momento de la verdad la suerte les daba la espalda y no conseguían superar a selecciones como Iran o Uruguay. En 1998 los asiáticos les remontaron un 2-0 en el partido de vuelta de la repesca para dejarles fuera del torneo que se disputaría en Francia. Cuatro años despúes eran los charrúas quienes les endosaron un 3-0 en Montevideo, remontando así el 1-0 favorable a los australianos de la ida y apeaba a los oceánicos del mundial de Corea y Japón.
El hecho de que la OFC no contase con ningua plaza segura para participar en el mundial –tienen 0,5 plazas, con lo que siempre hay que disputar una última repesca ante selecciones de otras confederaciones- era un agravante para creer que Australia necesitaba un cambio para crecer.

Australia celebra una de las pocas alegrías recientes. La clasificación para el mundial 2006 tras eliminar a Uruguay en la repesca.
Ese paso se dio el 30 de junio de 2005, cuando la FIFA aprobó que la selección australiana cambiase la OFC por la AFC (Confederación Asiática de Fútbol) y a principios de 2006, la selección aussie ya disputó la fase de clasificación para la Copa Asia del año siguiente. Australia había conseguido lo que quería: enfrentarse a rivales de más nivel durante todo el año para luego rendir en las grandes citas. Han conseguido estar presente  en los mundiales de 2006 y 2010 y han llegado lejos en la Copa Asia, una competición mucho más exigente que la Copa de Oceania. Pero la suerte le sigue siendo esquiva en los momentos puntuales. Y ya van cuatro ocasiones en las que a los canguros les sale cruz al tirar la moneda al aire. Nunca cara.

1- Año 2006. Mundial de Alemania. Octavos de final. Australia-Italia. La selección australiana de Viduka, Chipperfield, Bresciano o un joven Cahill ha aguantado 93 minutos con su porteria a cero. Delante están los futuros campeones del mundo, pero el partido parece que va camino de la prórroga. A apenas 4 segundos de que se acabe el tiempo reglamentario Grosso inicia una jugada por banda izquierda, se zafa de un defensor y encara al siguiente. Otro recorte y se va al suelo al mismo tiempo que el arbitro señala el punto de penalti. Jugada para la polémica, para la moviola, pero con Australia de vuelta a casa.

2- Año 2007. Copa Asia de Vietnam, Tailandia, Malasia e Indonesia. Cuartos de final. Japón-Australia. Los socceroos disputan su primer gran torneo de la AFC y pagan un precio muy alto de adaptación. Pasan la primera fase con muchas dudas y en cuartos de final espera Japón, una de las favoritas. La Australia de Aloisi, Kewell, Schwarzer y el eterno Viduka se adelanta gracias a un gol del delantero ex de Osasuna y Alavés. Pero los japonenes empatan tan solo un minuto después y el partido se va a los penalties. Otra vez el punto fatídico. Y otra vez con llantos para los de amarillo y alegría para los nipones.

La suerte no ha puesto de cara para Australia en los últimos años.
3- Año 2010. Mundial de Sudáfrica. Fase de grupos. Australia-Ghana. Los oceánicos quedan encuadrados en un grupo complicado con Alemania como favorita y con Ghana y Serbia como oponentes para la segunda plaza. Los germanos barren a Australia en el primer partido y los Cahill, Wilkshire y compañía no saben que ese 4-0 va a resultar mortal a la postre. En el segundo partido las cosas pintan mejor, Australia se adelanta y va camino de sumar 3 puntos vitales. Pero el punto de penalti se vuelve a cruzar en su camino. Kewell es expulsado en una rápida acción que el colegiado interpreta como manos. Ghana empata desde los 11 metros y Australia queda prácticamente fuera. Pese a la victoria final ante Serbia y finalizar con los mismos puntos que los africanos, el gol average general es favorable a las estrellas negras.

4- Año 2011. Copa Asia de Qatar. Final. Australia-Japón. Australia viene con la lección aprendida de la pasada Copa Asia y llega a la final con solvencia. Espera Japón. Otra vez los japoneses. Cahill, Kewell y compañía no consiguen abrir el marcador durante los primeros 90 minutos. Así que el partido se va a la prórroga. La tanda de penalties vuelve amenazar a los aficionados aussies. Pero esta vez el golpe llega antes. En el minuto 108 los japoneses anotan un bellísimo gol y dan la estocada definitiva a los australianos, que se quedan, otra vez, a las puertas de algo más grande.

La selección australiana ha crecido, pese a no contar con figuras como Viduka o Kewell, y los aussies ya son un clásico en las citas mundialistas, así como uno de los favoritos para conquistar la próxima Copa Asia, que además se disputará en suelo australiano en el 2015. De momento se han asegurado su plaza para la tercera y definitiva fase de clasificación hacia Brasil 2014. No ha sido sencillo, y lo demuestra la reciente derrota ante la débil Oman. Pero ya se sabe, escogieron Asia para sufrir, competir y crecer. Algún día les cambiará su suerte y la maldición de los once metros.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Aquí está la oportunidad de Qatar y la del Al-Saad

El otro día publicamos que el Al-Saad iba a disponer de la primera oportunidad de darse a conocer mundialmente y de poner a Qatar y su fútbol en el centro del panorama  futbolístico.

Y la oportunidad ha llegado. 


El ganador del Esperance Tunis vs Al-Saad jugará contra el FC Barcelona


Veremos si superan la primera ronda y se pueden enfrentar a Messi, Xavi, Iniesta y cia.

lunes, 14 de noviembre de 2011

No diga Irak, diga Younis Mahmoud

La selección nacional de Irak vive su momento más dulce de las últimas décadas.
A finales de este verano la federación de fútbol del país arábico decidió hacerse con los servicios de Zico para que fuese el encargado de conducir a los leones de Mesopotamia hacia Brasil 2014. Zico, conocido como el Pelé blanco llegaba abalado por sus triunfos en casi todos sus anteriores experiencias como entrenador o seleccionador nacional. Conquistó la Copa Asia en 2004 con el combinado japonés, antes de partir hacia Turquía, donde conquistó el campeonato liguero y la Copa en el año 2007 al frente del Fenerbahçe. En 2008 repitió doblete, esta vez en con el Bunyodkor uzbeko. Su últimos títulos como técnico antes de aterrizar en suelo iraquí son la Copa y la Supercopa rusa que ganó con el CSKA de Moscu.
Zico, actual entrenador de Irak.
 Así pues parece que la llegada de Zico unida a la calidad que atesora una generación que ya se hizo con la Copa Asia en 2007 parecen la formula perfecta para que la selección de Irak esté presente en su segunda copa del mundo, 28 años después de participar en México 1986. Y entre todos los jugadores iraquíes destaca Younis Mahmoud. Capitán, emblema, máximo goleador, estandarte y héroe nacional de la selección entrenada por Zico.
Mahmoud ya entró en la historia de su país al ser el único goleador de la final de la Copa Asia en 2007. Un gol que derrotaba a Arabia Saudí y significaba el primer gran triunfo futbolístico del país. En aquel torneo, disputado en Malasia, Indonesia, Tailandia y Vietnam Mahmoud tenía 24 años y acabó siendo nombrado MVP y máximo goleador del campeonato.
Actualmente, con 28 años,  ya acumula 99 apariciones defendiendo la camiseta blanca de Irak, con la que ha celebrado 37 goles. Quedan lejos los registros de Hussain Saeed, jugador con más apariciones (126) y más goles (63) en la historia del fútbol iraquí. Pero los goles de Mahmoud están siendo clave para los éxitos de su selección, que camina con paso firme en el grupo A de la fase de clasificación hacia el mundial.  Irak, y más concretamente Younis Mahmoud, han sido los culpables de dejar fuera de combate a la China de José Antonio Camacho tras dos choques consecutivos con idéntico guión. Victoria por la mínima favorable a Irak con gol de Mahmoud. La única diferencia podría ser que en el segundo partido el gol llegó en el último suspiro, haciendo aún más trágica la derrota y eliminación del conjunto chino.
Mahmoud celebrando uno de sus 37 goles con Irak.
Mahmoud acumula elogios, trofeos y nominaciones. Ha sido nombrado mejor jugador de Asia, mejor jugador de la liga qatarí, donde también se ha llevado el trofeo pichichi en tres ocasiones e incluso ha sido incluido en la lista de candidatos al Balón de Oro. Fue en 2007 y acabó en 29ª posición. Solo le falta participar en una copa del mundo y parece que no hay mejor momento para que Mahmoud y su Irak lo consigan.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Frank Rijkaard, entre el oasis y el ocaso

Tras los dos últimos años en Can Barça donde recibió más criticas que halagos pese haber devuelto a la cima de Europa al conjunto azulgrana y después de un paso con más pena que gloria por tierras turcas –fue destituido del Galatasaray sin conseguir el título de liga- Frank Rijkaard decidió aceptar la oferta de la Asociación Saudí de Fútbol para tomar las riendas de la selección nacional. Era su primera aventura fuera de Europa. 
Rijkaard firmó un contrato de tres años con la Selección de Arabia Saudí
Cambiaba el estrés y el entorno que rodea al Barça, o el fanatismo y la exigencia del Galatasary por algo más tranquilo, por un proyecto a largo plazo en una selección de segundo nivel mundial. Cierto es que algo debe tener el banquillo saudí, puesto que por él han pasado mitos como Leo Beenhakker, Carlos Alberto Perreira o Mario Zagallo. Cuando firmó en julio por tres años, Rijkaard reconoció que el principal objetivo y reto que tenía era clasificar a su equipo para la fase final del mundial de Brasil 2014, pero que en un segundo plano le atraía la idea que tenía la Asociación de “poner en marcha un plan a largo plazo para cimentar el futuro de este deporte en el país”. El proyecto empezó sobre ruedas, con una clasificación apabullante sobre Hong Kong (3-0 y 0-5) para la tercera fase de clasificación hacia la cita mundialista. Así pues la cosa parecía un oasis para el bueno de Rijkaard, pero la realidad no es otra que cuatro meses y ocho partidos después de estampar su firma, Frank Rijkaard se la juega. Tras tres partidos disputados del grupo D Arabia Saudí todavía no ha estrenado su casillero de victorias y es tercera con tan solo dos puntos. Por delante se encuentran Australia, que cuenta sus partidos por victorias, y Thailandia con 4 puntos. En tan solo cinco días de diferencia los hombres de Frank reciben al combinado tailandés, en un partido que con casi total seguridad va a decidir quien acompaña a los aussies a la siguiente y última fase de clasificación, y a la débil Oman –que ya les arrebató dos puntos al empatar en el primer partido del grupo–. 
Dos jugadores de Arabia Saudí consuelan a su portero tras caer eliminados en la última edición de la Copa Asia
 Los hijos del desierto no estuvieron en Sudafrica 2010 después de haber participado en los tres anteriores campeonatos del mundo y no se pueden permitir volver a tropezar. Arabia Saudí atraviesa una enorme sequía en cuanto a resultados futbolísticos ya que al fracaso de no ir al mundial se le ha de sumar su papel en la última copa Asia, donde cayó eliminada sin sumar un solo punto. A Rijkaard le contrataron como solución a sus problemas. Pero parece que las “vacaciones” de Frank en el país del Golfo se pueden empezar a terminar hoy a partir de las 17.30h. 
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lunes, 7 de noviembre de 2011

La primera oportunidad de Qatar para mostrarse al mundo

Cuando queda exactamente un mes para el inicio del mundialito de clubes que se disputará en Tokio, del 8 al 18 de diciembre, aún no se conocen todos los candidatos al título. Las tierras niponas esperan al Barça de Leo Messi i al Santos del joven Neymar, los grandes favoritos para llevarse un torneo que conlleva la consideración de ser el mejor club del mundo. El año pasado ya vimos como el TP Mazembe, equipo de la República Democrática del Congo, daba la sorpresa al eliminar al Internacional de Porto Alegre y disputaba la final del campeonato. Pese a que perdió con claridad ante el Inter de Milán en la final, mucha gente coincidió que lo que había hecho el Mazembe era poner al fútbol modesto en el centro del panorama futbolístico mundial.
Continentes como África o Asia están avanzando a buen ritmo y cada vez se ven equipos mejor trabajados e individualidades que sobresalen incluso en equipos europeos (casos de Honda, Kagawa, Park e inumerables jugadores africanos. Así pues, este año todo el mundo deparará sus miradas en ver quien puede ser el equipo revelación que plante cara a Barça y Santos. Aparte de los dos grandes campeones de la UEFA Champions League y la Copa Libertadores, acudirán al torneo el Monterrey mejicano –campeón de la CONCACAF- y el Auckland City australiano –campeón de la OFC-. El representante africano lo conoceremos el día 12 de éste mes  y será el ganador del duelo a doble partido entre el ES Tunis y el Wydad de Casablanca.  Y habrá también plaza para el ganador de la J-League (la liga japonesa), que no lo conoceremos hasta cinco días antes del inicio de la competición.
Pues ya conocemos a siete de los ocho participantes. Nos falta el octavo. El representante asiático, flamante ganador de la AFC Champions League. Y que no es otro que el Al-Saad, equipo qatarí que se impuso contra todo pronóstico al campeón surcoreano, el Jeonbuk Hyundai Motors, desde el punto de penalti.
El Al-Sadd, reciente ganado de la AFC Champions League

El contexto no era nada esperanzador para los de Qatar, ya que solo una vez un equipo qatarí había ganado la Champions asiática, curiosamente se trata del propio Al-Saad, cuando ganó en 1989, también en los penaltis. Además las dos últimas ediciones se las habían llevado clubes surcoreanos y el Jeonbuk Hyundai se presentaba como principal candidato para llevarse el título y sellar su pasaporte hacía el mundial de clubes. Por si faltaban alicientes, la final se jugaba en Jeonju, una ciudad al oeste de Corea del Sur. Pero los más de 40mil aficionados que acudieron a presenciar la final, vieron como los hombres entrenados por el uruguayo Jorge Fossati –ex de Internacional de Porto Alegre, entre otros- alzaban la copa tras 120 minutos y 10 lanzamientos de penalti.
Las cosas se pusieron cuesta arriba para los del golfo pérsico cuando Eninho, la estrella del equipo de la marca de motores, adelantó a los suyos con un estupendo lanzamiento de falta. Era el minuto siete y los qataríes aún no habían empezado a jugar y ya veían como el marcador reflejaba un resultado adverso para sus intereses. Pero parece que esto es uno de los signos de identidad de este equipo, puesto que en toda la competición no han marcado un solo gol en los diez primeros minutos de partido. Una vez superada esa barrera, los visitantes empezaron su partido. Y el azar se puso de su parte cuando un balón colgado frontalmente fue peinado hacia atrás por un defensor surcoreano, sorprendíó a su propio guardameta y puso las tablas antes de la media hora de partido.
En el Al-Saad la mayoría de la plantilla es de origen qatarí, pero cuenta con dos estrellas conocidas por todo el mundo. Ambos son africanos, triunfaron en Francia y luego pasaron por Turquía antes de aterrizar en el país del petróleo. Son Kader Keita (Costa de Marfil 6/08/1981)  y Mamadou Niang (Senegal  13/10/1979). En esta ocasión fue el ex de Lille, Lyon y Galatasaray el que apareció para desatar la locura entre los aficionados qataríes y adelantar a los suyos en el minuto 60 de partido tras enganchar una extraordinaria volea desde fuera del área.
Kader Keita celebrando el segundo gol de la final
Parecía que el milagro estaba obrado, que el Al-Saad se iba a proclamar campeón después de 22 años y que iba a romper la dinastía de Corea del Sur en la Champions Asiática. Pero aún faltaba la dosis de épica, el punto de agonía para que luego la alegría sea aún mayor. Corner, minuto 90, Mohamed Saqr sale a por uvas y el Jeonbuk empata. Había que ir a la prórroga. 30 minutos donde no pasó absolutamente nada –salvo una expulsión intrascendente a un minuto del final- y el torneo y la posibilidad de enfrentarse a Messi, Xavi, Neymar y compañía se decidirían desde los 11 metros. La lotería de siempre, con más premio que nunca. Mohamed Saqr cumplió con el tópico “de villano a héroe” y detuvo dos penas máximas para que Nadir Belhadj, otro que ha hecho carrera en Europa, se encargase de enviar a las mallas el lanzamiento definitivo.

 Ha tenido que ser un club qatarí el que rompa la hegemonía de los japoneses y surcoreanos. Qatar, ese país que está de moda: Qatar organizará el mundial de 2022, la selección nacional aún esta viva y con opciones de meterse en Brasil 2014, todo el mundo habla de  la academia Aspire y de su centro formativo en Doha. Qatar está de moda por su patrocinio en la camiseta del Barça, porque Guardiola jugó allí y el de Santpedor defiende e incluso sale en campañas publicitarias a favor del país asiático. Pero la primera oportunidad del país para darse a conocer en el mundo del fútbol es de aquí un mes, en Tokio. Veremos si el Al-Saad da que hablar y se convierte en el nuevo Mazembe. El año pasado el mundial de clubs dejó una imagen para la historia: La del portero Kidiaba bailando en el suelo, celebrando el pase a la final de su modesto equipo. Este año Keita, Niang o Saqr pueden ser los protagonistas durante 10 días, donde serán el centro de las miradas, de su continente y de los otros cuatro. Qatar se presenta al mundo del fútbol.

domingo, 6 de noviembre de 2011

La locura que desata el Loco

Indonesia, situado en el Sureste asiático, es el cuarto país más poblado de todo el globo terráqueo con sus más de 237 millones de habitantes. (seis veces más que España, para que os hagáis una idea). En el país de las más de 17000 islas los deportes nacionales son el badmintón y el Pencak Silat –una variante del kárate- el fútbol nunca ha despertado mucho interés entre los nativos. Tanto a nivel nacional como a nivel de clubes Indonesia nunca ha cosechado ningún éxito destacable y es por eso que la gente vibra, apuesta y habla del Manchester United, el Real Madrid o el FC Barcelona. 
El nivel de fanatismo por estos clubes es enorme, e incluso llegué a conocer a un taxista que había llamado a su hijo Raúl ya que en el momento del parto –en el 2004- el 7 blanco marcaba un doblete en el Santiago Bernabeu frente a la Roma en un partido de Champions League. Los chicos se quitan el uniforme del colegio y se enfundan camisetas  del Chelsea, del United o de la Juventus y organizan en la playa o en cualquier descampado un partido improvisado con las réplicas de las camisetas de sus ídolos europeos.
Pero ahora hay que añadir otra. De color rojo. Con el 9 a la espalda. Y es que el pueblo ha encontrado a su ídolo, un jugador al que adorar y una camiseta que lucir con orgullo.

Un chico con la camiseta del Chelsea en la playa de Gili Trawangan, Indonesia

Lo curioso del caso es que de entre 237 millones de habitantes que tiene el país, el ídolo futbolístico de toda la nación haya nacido en Montevideo (Uruguay) a más de quince mil kilómetros de Jakarta, capital indonesia.
Cristian Gérard Alfaro Gonzales (30/08/76), más conocido como El Loco Gonzales ha desatado la euforia y no ha dejado indiferente  a nadie desde su llegada al país. El jugador de 35 años llegó al sureste asiático en el año 2003 para jugar en la Indonesia League y desde entonces su rendimiento y popularidad se han disparado. En las ocho temporadas que ha jugado en tierras asiáticas ha cosechado seis títulos que le acreditan como máximo goleador del torneo doméstico y cinco premios al máximo goleador en la Piala Indonesia (la copa). En total ha marcado 217 goles en 258 partidos disputados. Números que asombran y que hacen que sea considerado un mito por los aficionados locales que, desde el 21 de noviembre de 2010, ven como Gonzales, casado con una mujer autóctona, viste la zamarra roja de la selección nacional de Indonesia y defiende sus colores.  -En su debut, contra Timor Oriental, anotó dos goles-.


Pero la popularidad de Gonzales va más allá de sus mareantes números como goleador. El Loco se ha visto inmerso en una polémica tras otra y su carrera futbolística se puede calificar como problemática.  En los ocho años que lleva en Indonesia Mustafa Habibi –su nombre al pasarse al Islam- ya ha recibido cinco castigos por parte del Comité de competición debido a su violento comportamiento hacia contrarios o árbitros. No hablamos de expulsiones sino que hablamos de sanciones de hasta incluso 12 meses de inhabilidad, que el Loco nunca ha llegado a cumplir gracias a la protección especial que recibe de Nurdin Halid, presidente de la PSSI (Asociación de fútbol de Indonesia).  Gonzales ha llegado a estar sin jugar durante tres meses, tras los cuales recibe el perdón del presidente y vuelve a los terrenos de juego sin cumplir la totalidad de la sanción. En 2006, tras dejar sangrando a un rival, lo sancionaron con tres partidos que nunca cumplió. La historia se repitió al año siguiente cuando escupió a un colegiado y tampoco estuvo 3 jornadas descansando.
Sus agresiones a los defensores rivales son continuas, pero Nurdin Halid sigue haciendo la vista gorda. Así que tenemos Loco para rato. Él se hinchará a marcar goles, los defensas seguirán recibiendo agresiones, los aficionados llevaran sus camisetas, las gorras con su nombre se seguirán vendiendo en todos los mercados callejeros e Indonesia seguirá sin cosechar ningún éxito futbolístico destacable. Es la locura que desata el Loco.
El Loco celebrando un gol con el combinado nacional